martes, 22 de septiembre de 2015

En aquella época el hospital era un lugar con inmoralidad y solo las personas con mala vida y problemas de alcoholismo, por lo regular eran mujeres ignorantes e incompetentes, así que cuando Florence le dice eso a sus padres lo ven como una falta de respeto a su vida social y no quieren que Florence se dedique a eso.

En 1849, tras un largo período de cortejo, hasta rechazó una propuesta de matrimonio, convencida de que su destino no era casarse. Nada desviaba a Florence de su misión: quería ser enfermera, de manera que desafiando a sus padres, continuaba visitando hospitales en París, Roma y Londres.

En 1850 su padre finalmente se dio por vencido y le permitió entrenarse como enfermera en Alemania. A su hermana le quedó tan difícil aceptar que Florence era tan independiente que sufrió una crisis nerviosa en 1852. Eso la forzó a volver a cuidarla. Pero en agosto de 1853 finalmente logró lo que quería: fue nombrada superintendente en un hospital de mujeres en Harley Street, Londres.

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